martes, 23 de junio de 2009

8º encuentro: Positivismo y sociedad industrial

El viernes 19 de junio acordamos posponer la 1ª entrega de la monografía para el viernes 3-7. Vimos ejemplos de monografías presentadas en años anteriores (sus temas, sus propósitos en cada caso, su estructuración).
Explicamos los rasgos del positivismo de comienzos del siglo XIX, con Augusto Comte y John Stuart Mill (que ustedes ya habían ido investigando): la ley de los tres estados de Comte, su propuesta de buscar leyes generales y universales por medio de la observación y la razón (método inductivo), su espíritu antirreligioso y antimetafísico, su monismo metodológico (modelo: el método de las ciencias físico-naturales), su idea de neutralidad de la ciencia (supuestamente avalorativa) como saber único, universal, su oposición cultura-naturaleza, su idealización del ser humano (como sujeto autocognoscente, autotransparente) y de la razón, su idea de progreso (a través de la ciencia y la razón, como un camino lineal para todos los pueblos que culminaría en la cultura europea moderna) y de orden o cohesión social (por los conflictos sociales que se habían desatado con la Revolución Francesa).
Señalamos que la corriente hermenéutica le critica al positivismo su naturalismo, que, llevado a las ciencias sociales, produce una ceguera frente a la dimensión simbólica, los valores, etc. en el mundo humano.
Luego contrapusimos los valores de la sociedad industrial (Fromm) con los de los pueblos originarios (y pre-modernos) como en el texto del jefe de la tribu Suwamish: la valoración de la naturaleza, de los otros humanos, de los ancestros, la idea de propiedad privada (propia de Occidente), etc. Lo relacionamos con los lados oscuros de la modernidad (Feinmann, 2006, pp. 66-69), y con la actitud tecno-capitalista moderna, avasalladora, conquistadora, que es contraria a la actitud abierta, de asombro que –según el filósofo alemán Heidegger (siglo XX)- tenían los filósofos pre-socráticos (Heráclito, Parménides) en la antigüedad y que luego en Occidente se fue perdiendo. Dice Feinmann:
"Heráclito y Parménides no se enfrentan a las cosas, a los entes, con el afán de dominarlos como hace el hombre del tecnocapitalismo, como hace el hombre de la modernidad. Heráclito y Parménides están abiertos porque se enfrentan en la modalidad del asombro. El asombro nos abre. Al abrirnos, dejamos que el ser se nos revele, se nos devele. Por eso la verdad para Heidegger es desocultamiento, develamiento. En todos los entes, el ser está iluminándolos, pero ninguno de los entes es el ser. El ser es algo para lo cual tenemos que estar en estado de abierto, para que se desoculte ante nosotros. La actitud de la conquista y del sometimiento es la negación del estado de abierto. Jamás vamos a llegar a oír la llamada del ser si lo enfrentamos a través del afán conquistador del espíritu del capitalismo, que, para Heidegger, nace con Descartes. Entonces, Heráclito y Parménides comparten esto, comparten un estado de asombro. La filosofía parte de estados de ánimo y el estado de ánimo del cual parten Heráclito y Parménides es el asombro. Este asombro remite a una pregunta que Heidegger formula en Introducción a la metafísica como la primera pregunta: por qué el ente y no la nada, o por qué el ser y no más bien la nada. Esta es la pregunta fundamental de la metafísica, pero esta pregunta, cuando se hace, se hace desde el asombro, después se hace desde la angustia, después se hace desde varios estados de ánimo, pero en principio los griegos parten del asombro, qué es esto, por qué hay esto y no hay otra cosa, o por qué hay esto y no nada.
El hombre moderno lo que hace es decir: hay esto, me lo voy a apropiar, lo voy a tecnificar, lo voy a dominar y con esto voy a dominar a los otros."
(Feinmann, José Pablo, ¿Qué es la filosofía?, Bs.As., Prometeo, pp. 46-47)

Tareas (lecturas para tratar en clases próximas y que les pueden servir para sus monografías):
1) Leer Obiols, G. (1995), “Epílogo” a Nuevo curso de lógica y filosofía, Bs.As., Kapelusz sobre posmodernidad [en fotocopiadora] .
2) Releer una parte del capítulo de Díaz, E. “Conocimiento, ciencia y epistemología”, en Díaz, E. (ed.), Metodología de las ciencias sociales, Bs.As., Biblos, 1997, sobre todo las pp. 21-24, sobre el neopositivismo o positivismo lógico.
3) Para ampliar sobre la posmodernidad, pueden leer: Díaz, Esther (2005), Posmodernidad, Bs.As., Biblos, Cap. 1 “¿Qué es la posmodernidad?”, pp. 16-34 [en fotocopiadora].
4) Para quienes no pudieron ver el video "Paulo Freire, constructor de sueños" en VHS, encontré una dirección desde donde lo pueden descargar: http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/974117/Paulo-Freire---Constructor-de-sue%C3%B1os-(Ratdvd).html
Recuerden que pueden ir adelantándome borradores de monografías por correo electrónico cuando quieran.

lunes, 15 de junio de 2009

7ª encuentro: Los valores en la sociedad industrial - Temas para monografías

En nuestro 7º encuentro, del viernes 12 de junio, nos centramos en los valores de la sociedad industrial, tecnocapitalista.

Primero compartimos los textos argumentativos que redactaron Romina y María José sobre los ideales de la Ilustración y sus críticas. Conversamos sobre cómo se pueden convertir esos trabajos prácticos en posibles monografías.
A partir de una viñeta de Quino donde un adulto enseñaba a un niño los valores sociales hegemónicos (materialismo, consumismo, desprecio por la honestidad y los ideales, cultura como sinónimo de entretenimiento vulgar, etc.) sin ser para nada crítico de ellos, conversamos sobre los valores y disvalores actuales.
Lo contrapusimos a lo que dice Freire en un fragmento de su Pedagogía de la autonomía, Bs.As., Siglo XXI, pp. 75-77 (quedó copia en la fotocopiadora).
Conversamos acerca de que en buena medida los valores actuales siguen siendo los valores que Erich Fromm (un discípulo de Freud que luego hizo análisis muy agudos de la cultura y la sociedad del siglo XX) señalaba como propios de la sociedad industrial tal como él la conocía a mediados del siglo XX (ustedes ya tenían fotocopiadas un par de páginas de su análisis).
Ya que no alcanzamos a leerlo juntas en clase, les propongo que ustedes lean la carta que el jefe de la tribu Suwamish le escribió al presidente de los Estados Unidos a mediados del siglo XIX y elaboren una contraposición entre los valores de ese pueblo originario y los de la sociedad industrial tecnocapitalista (les dejé una copia impresa a cada una).
Para ampliar la mirada sobre los orígenes filosóficos de esa actitud tecno-capitalista moderna les dejo unos fragmentos de José Pablo Feinmann, de su libro ¿Qué es la filosofía?. Y alguno más de un profesor de la FLACSO, Alejandro Grimson, sobre el etnocentrismo europeo moderno (http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/LadosOscurosDeLaModernidadEuropeaFragmentos.doc?attredirects=0; sigue en http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/FeinmannQueEsLaFilosPag66-67.jpg?attredirects=0 y http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/FeinmannQueEsLaFilosPag68-69.jpg?attredirects=0).
Quizá alguno de estos textos que van leyendo les hacen surgir temas posibles para sus monografías, o les aportan argumentos a favor o en contra de ciertas posturas.
En el próximo encuentro trataremos sobre los rasgos del positivismo (que ya se les sugirió investigar).

Recuerden que las tareas a partir de ahora van orientadas a la elaboración de la monografía:
1) Las invito a ver el video (en VHS) con fragmentos de entrevistas a Paulo Freire que está en la Biblioteca. Se llama Paulo Freire, constructor de sueños. Si no pueden verlo, que sería lo ideal, pueden leer la desgrabación (http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/FreireVideo.doc?attredirects=0).

2) Intenten pensar cuáles de los temas del programa les interesan más, cuáles preguntas se plantean sobre esos temas que puedan dar lugar a discusiones, a diferentes posturas. Con esas ideas, intenten redactar un borrador de introducción, donde presenten brevemente el tema y las preguntas que quieren discutir (les recuerdo las pautas para la elaboración de las monografías: http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/PautasMonograf%C3%ADas.doc?attredirects=0). Recuerden que deben ser preguntas polémicas, que den lugar a diferentes posicionamientos (por ejemplo, ¿Qué rescatamos de la Ilustración y qué le criticaríamos? ¿Fue crítico el positivismo, en qué medida sí y en cuál no? Críticas a un determinado texto de un autor o autora, ¿Qué es la posmodernidad y qué valoración hacemos de ella? ¿Con qué valores educar en el actual contexto de la posmodernidad?, etc.)
Una vez que tengan ya cierta idea del tema que quieren profundizar, apunten ideas que aparecen en los textos (que ya leyeron antes o que ahora van leyendo) que tengan relación con el tema que ustedes quieren trabajar en su monografía y comenten por qué le encuentran relación.

En los próximos días, a medida que ustedes me vayan contando qué temas les interesan, yo les iré subiendo a este blog recomendaciones de materiales para consultar. Espero que cuanto antes puedan me hagan llegar sus inquietudes e ideas. No duden en contactarme por el medio que les quede mejor.

lunes, 8 de junio de 2009






Hola, ¿cómo están? El viernes 5 de junio tuvimos nuestro sexto encuentro.

Repasamos cuál fue el ideal de ciencia de la modernidad en el contexto de los ideales de esa época (la racionalidad, la universalidad, el método para un conocimiento seguro). En los textos recomendados para lectura ampliatoria, queda claro que el objetivo de Descartes era construir una ciencia universal con carácter de verdad necesaria: un sistema total del saber, un saber universal, que requería un método seguro. Buscaba unos principios universales a partir de los cuales se dedujeran las leyes físicas particulares como las de Galileo.
Vimos cómo el ideal de ciencia del siglo XVIII se inspira en una mezcla de racionalismo y empirismo como la que propone Kant, con base en el entendimiento -por un lado- y la experiencia -por otro-, una razón que no debe alejarse de la experiencia sensible. Recordemos que las 3 características de la ciencia moderna, según el epistemólogo Blanché, son: el método hipotético-deductivo, la base empírica o experimental y la matematización de la naturaleza.

Conversamos sobre la modernidad, que fue sobre todo una utopía impulsada por aquel movimiento intelectual llamado “filósofos de la Ilustración” del S. XVIII, al que pertenece Kant. Este movimiento buscaba la emancipación y el cambio de aquellas ideologías tradicionales a las que está sujeto el ser humano (monárquicas, aristocráticas, católicas), se inspira en un sentir revolucionario, busca la secularización en tres esferas autónomas: la ciencia, la moralidad y el arte. Tenía la esperanza de que la ciencia liberara al ser humano y contribuyera al desarrollo de la vida social. "¡Atrévete a saber!" era el lema del Iluminismo según Kant, lo cual permitiría al hombre salir del estado de tutelaje para llegar a la adultez. Este movimiento filosófico estaba convencido de que la ciencia y el arte ayudarían al conocimiento y el orden del mundo social y llevaría a la felicidad de los individuos. Concebía al sujeto humano, como un sujeto libre, autónomo, racional. Estaba convencido de lo positivo que era para la historia de la humanidad el “progreso” de la ciencia y la técnica, que debía ser independiente de la religión y de la política, para permitir la emancipación del hombre frente a todo tipo de opresor. Ese ideal de progreso se mantendrá y enfatizará en el siglo siguiente con el positivismo.

Ahora bien, vimos lo que en los hechos implicó ese ideal de racionalidad, es decir, el lado oscuro de ese "siglo de las Luces":
-por un lado, la exclusión del otro lejano: el colonialismo, que se justificaba en una supuesta misión civilizatoria de los "salvajes", los "irracionales", los "ilógicos"; la antropología practicó un etnocentrismo "científico" que durante mucho tiempo fue contemporáneo del colonialismo. La suposición de que los pueblos no occidentales eran inferiores constituía un argumento que legitimaba el poder colonial.
-por otro lado, la reclusión de los otros internos al mundo europeo: la reclusión de la locura en manicomios, de los que no se adecuaban a las normas racionales en cárceles.
Y es que la modernidad implicó unas prácticas de individuación, unos modos de subjetivación -como los llama Michel Foucault- unos dispositivos para producir determinado tipo de sujetos: sujetos fuertes para producir en las fábricas o pelear en los ejércitos, pero a la vez débiles en términos políticos, es decir, dóciles, obedientes de la autoridad (del patrón, del Estado). Esos dispositivos de poder son los que Foucault analiza en los dos capítulos que leímos de Vigilar y castigar ("Los cuerpos dóciles" y "Los medios del buen encauzamiento"): las formas de administrar los espacios (arquitectura del panóptico, que podés ver en las imágenes), de administrar y controlar los tiempos, la vigilancia jerárquica, la sanción normalizadora, el examen. Había un control minucioso de los gestos ("sentate derecho", "formen fila", "no bosteces en clase") -lo que Foucault llama una "anatomo-política"- y también un control a nivel macro de las poblaciones (censos, relevamientos, planes del Estado) -que Foucault llama "bio-política".
Esos dispositivos de sujeción se ponen claramente de manifiesto en los primeros minutos de la película Tiempos modernos, de Chaplin, que estuvimos comentando. Se ven también en la viñeta de Tonnucci sobre la máquina que constituye la escuela: (http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/TonucciM%C3%A1quinaDeLaEscuela20.jpg?attredirects=0) y nosotras mismas recordamos cómo han operado los dispositivos de control y vigilancia en nuestra vida escolar, e incluso por parte del poder médico, policial, etc.
Así, al mostrar el funcionamiento de esta sociedad disciplinaria, Foucault ha sembrado la sospecha respecto de la pretendida autonomía moral del sujeto de la modernidad.

La tarea que quedó planteada para el próximo encuentro es:
1) Para comprender mejor las ideas de Foucault, leer Díaz, E. (1988), “La sociedad disciplinaria”, en Para seguir pensando, Bs.As., Eudeba, pp. 155-156. [dejé copia en la fotocopiadora; y también pueden acceder a las dos carillas haciendo click en estos dos vínculos: http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/D%C3%ADazLaSociedadDisciplinaria1.jpg?attredirects=0
http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/D%C3%ADazLaSociedadDisciplinaria2.jpg?attredirects=0)
También pueden leer Díaz, E. (1988), “El hombre pensado”, del mismo libro, pp. 153-155, capítulo al que pueden acceder clickeando aquí:
http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/D%C3%ADazElHombrePensado1.jpg?attredirects=0
y http://sites.google.com/site/suromaniuk/Home/D%C3%ADazElHombrePensado2.jpg?attredirects=0.
2) Ampliar la información que tenemos sobre los ideales de la Ilustración del siglo XVIII (se puede leer, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustraci%C3%B3n; o http://www.turemanso.com.ar/fuego/filosofia/ilustracion.html), y sobre el positivismo del siglo XIX (se puede leer, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo, o http://aportes.educ.ar/geografia/popup/el_positivismo.php).
3) Consigna de tarea para entregar (puede ser individual o en parejas):
Redactá un texto argumentativo tomando como orientadora la siguiente pregunta: ¿En qué medida te parecen aún valiosos los ideales que tuvo la modernidad (principalmente el Iluminismo) y qué críticas le harías desde una perspectiva actual? Para apoyar tu argumentación, podés incluir alguna cita textual de algún/a autor/a -o bien hacer alguna referencia indirecta a sus ideas, redactándolas con tus palabras-, siempre que pongas las correspondientes referencias abreviadas entre paréntesis y las referencias completas al final. Pero es importante que el hilo de la argumentación sea propio, tuyo. Recordá que siempre es conveniente que el texto tenga un párrafo introductorio al comienzo y uno de cierre al final.

Recuerden ir entregando los trabajos que tengan para completar o revisar y no atrasarse.
Si necesitan apoyo, no duden en pedírmelo.